La regulación eficaz de los dispositivos médicos contribuye al fortalecimiento de los sistemas de salud. Para que una regulación logre sus objetivos, en su desarrollo deben observarse los principios de buenas prácticas regulatorias, ya sean de legalidad, coherencia, independencia, imparcialidad, proporcionalidad, flexibilidad, claridad, eficiencia y transparencia. La Organización Mundial de la Salud publicó el documento Buenas Prácticas Regulatorias (GRP) que «brinda consejos para establecer e implementar una regulación sólida, asequible y eficiente de los productos médicos como una parte importante del desempeño y la sustentabilidad del sistema de salud».

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MIEMBROS PRINCIPALES DE LA COALICIÓN REGULATORIA