Las Buenas Prácticas Regulatorias (BPR) se refieren a una política formalizada, obligatoria, de todo el gobierno, que define las reglas comunes y transparentes mediante las cuales las agencias reguladoras desarrollan regulaciones técnicas para todos los sectores regulados (es decir, intersectorial, transversal, horizontal, fundamental) siguiendo las normas internacionales. Las BPR son el mecanismo de control de calidad para el desarrollo de regulaciones, asegurando de manera continua y sistemática que las reglas gubernamentales sean relevantes, de la más alta calidad, rentables, alineadas internacionalmente y menos restrictivas económicamente entre las alternativas del mismo propósito.
Elementos de Buenas Prácticas Regulatorias(1):
1. Garantizar la transparencia y la participación de las partes interesadas en el desarrollo de normas, regulaciones técnicas y procedimientos para la evaluación de la conformidad: a) Producir pronósticos regulatorios. b) Mantener un registro nacional de regulaciones existentes. c) Publicar una regulación propuesta para comentario público. d) Publicar evidencia o análisis regulatorio que respalde una regulación propuesta. e) Proporcionar un periodo de tiempo razonable para comentarios públicos sobre una regulación propuesta y hacer que dichos comentarios estén disponibles públicamente. f) Tener en cuenta y responder a los comentarios del público sobre una regulación propuesta. g) Publicar los reglamentos finales y garantizar un periodo razonable para la entrada en vigor de las regulaciones. h) Permitir que cualquier persona interesada presente sugerencias por escrito para la emisión, modificación o derogación de una regulación a una autoridad reguladora.
2. Mantener procesos o mecanismos internos que permitan la consulta, coordinación y revisión entre las autoridades nacionales en el desarrollo de regulaciones, incluso con el propósito de asegurar la coherencia con los acuerdos comerciales internacionales y evitar cargas y duplicaciones innecesarias.
3. Uso de análisis regulatorios y toma de decisiones basados en evidencia: a) Confiar en datos válidos y confiables y en ciencia sólida. b) Colocar la evaluación de riesgos y la gestión de riesgos en el centro de la toma de decisiones regulatorias. c) Usar la toma de decisiones basada en evidencia. d) Evaluar el impacto de las regulaciones, incluida la realización de evaluaciones de impacto regulatorio (RIA). Considerar los beneficios y costos de las alternativas seleccionadas y otras alternativas factibles, incluidos los impactos relevantes (como los efectos económicos, sociales, ambientales, de salud pública y de seguridad), así como los riesgos y los efectos distributivos a lo largo del tiempo, reconociendo que algunos costos y beneficios son difíciles de cuantificar o monetizar;
4. Utilizar normas internacionales (según se definen en la Decisión del Comité OMC/OTC) como base para las regulaciones.
5. Aprovechamiento de los mecanismos internacionales para la evaluación de la conformidad.
6. Proporcionar una revisión judicial independiente de la regulación.
7. Llevar a cabo una revisión retrospectiva de las regulaciones para una posible modificación o derogación.
8. Establecimiento de un organismo central de coordinación reguladora.
(1) APEC, USMCA y recomendaciones de la industria: